PAVAROTTI

LUCIANO PAVAROTTI

La sincronicidad que acompañó siempre en la gestión por construir el teatro, se hizo sentir una vez más cuando surgió la idea de traer a Pavarotti a Concepción. Cómo nació este primer proyecto artístico y cómo lo lograron concretar sin ni siquiera estar constituidos formalmente aún, es parte de sus muchas anécdotas.

Una mañana mientras tomaban desayuno y leían el diario, Valentina Domínguez, esposa de Juan Eduardo King, advirtió sobre la venida de Luciano Pavarotti al Municipal de Santiago y le dio la idea de traerlo a cantar también a Concepción. Él la llevó al Directorio. Todos pensaron que era muy difícil. Las agendas de artistas como Pavarotti están copadas por años, sin considerar a dónde lo llevarían a cantar, su costo, con qué acompañamientos y demás. La imprevista tarea parecía imposible, pero usando el refrán de “que no hay peor pelea que la que no se da, porque esa está perdida de antemano", se resolvió que Antonio Celis y Juan Eduardo King fueran a Santiago a estudiar con el Teatro Municipal si se podría hacer algo en conjunto o que les dieran el contacto con el artista o sus representantes. Pensaron que también visitar al embajador de Italia en Chile podría servir.

Teatro Bío Bío

Ya en suelo santiaguino, su primera visita fue al Teatro Municipal. No estaba su administrador, Andrés Rodríguez, por lo que fueron recibidos por otros funcionarios, quienes muy gentilmente les dijeron que tal información no la podían dar. Tras sonrisas y buenas palabras había un “portazo en las narices”. Era evidente que a Pavarotti no lo compartirían. Con el ánimo en el suelo, fueron a la Embajada de Italia. Aún sin haber avisado su visita, el embajador los recibió de inmediato. Gentilmente, les dijo que haría las gestiones que pudiera, que le encantaría que Pavarotti fuera a Concepción. Antonio estuvo de acuerdo que la gestión había fracasado y que sólo restaba volver a Concepción. En la próxima sesión de Directorio, relatado el fracaso, no hubo comentarios. Era lo que se suponía.

LA NOTICIA DEL MUNICIPAL

Teatro Bío Bío

Pasados algunos días, se instaló en la prensa el tema de “recursos para el Teatro Municipal de Santiago”. Estaba la discusión política de si se le debería mantener los recursos estatales o disminuirlos. A pesar de lo mal que les había ido en la gestión, King envió una carta a El Mercurio, defendiendo los aportes estatales al teatro, la que fue publicada. Al día subsiguiente de esto, Andrés Rodríguez, administrador del Teatro Municipal de Santiago, le envió los datos para que se contactaran con los representantes de Luciano Pavarotti. Sin más demora, hicieron el contacto, expresando su deseo que el tenor hiciera una presentación en la ciudad.

La respuesta no tardó en llegar: Pavarotti iba a hacer una sola presentación en Chile, que ya estaba comprometida. Tras este otro “no”, sólo quedaba resignarse, nuevamente. Pero la historia no terminó ahí. Pasadas un par de semanas más, motivado todavía por la efímera ilusión de realizar una presentación artística como nunca antes en Concepción, el presidente del directorio escribió de nuevo, diciéndoles que, ya que una segunda presentación era imposible, vieran otro concierto para una próxima venida a Chile de Luciano Pavarotti. Juan Eduardo King cuenta:

"De pronto, sin aviso previo, estuvo en Concepción un ciudadano australiano, que llegó a verme a mi oficina. Venía en representación de la empresa que traía al tenor a Chile. Quería visualizar quiénes éramos los de la Corporación Teatro Pencopolitano, cómo era la ciudad de Concepción, dónde podría ser la presentación, etc. Nos reunimos varios directores con el inspector visitante en el salón Délano del Club Concepción para conversar distintas posibilidades. Para alojamiento, pensamos en la casa de huéspedes de Mininco o en el Hotel Araucano; para la presentación, le hablamos del Estadio de Fútbol Ester Roa y así entre otros detalles. En definitiva, nos dijo que él sólo informaba, su tarea era dar un informe técnico, la posibilidad de hacer una presentación cumpliendo las exigencias de calidad del artista."

En un momento en que salí de la sala, me encontré con Ariel Ulloa, alcalde de Concepción, con quien tenía una vieja amistad desde cuando éramos estudiantes de la Universidad de Concepción y compartimos una pensión durante más de un año y medio. Tenía curiosidad y me preguntó derechamente por el tema Pavarotti. Le conté brevemente en lo que estábamos y volví a la reunión. Finalmente, terminado el encuentro y caminando junto al australiano por el centro de Concepción, me señaló, mirando por la calle Rengo hacia el cerro Caracol: “Es una ciudad verde”. Mi intuición me decía que su informe podría ser positivo para nosotros.

Pasadas las 10 de la noche, Ariel y su esposa llegaron a mi casa. Estaban muy interesados y vimos la posibilidad que la Corporación Teatro Pencopolitano lo hiciera en conjunto con la Municipalidad de Concepción. Ariel y yo quedamos satisfechos.”

La reciente corporación, tenía el impedimento para celebrar contratos, porque no tenía todavía la personalidad jurídica. Eso se solucionaría a través de la Municipalidad de Concepción que firmaría el contrato y, además, era dueña del Estadio de Fútbol donde, eventualmente, se haría la presentación.

Teatro Bío Bío

Ariel Ulloa, Alcalde de Concepción.

LO ESPERADO: EL INFORME

Positivo resultó ser el informe sobre Concepción como localidad para que se presentara el gran tenor. Al tercer día de reunirse con el australiano, apareció un segundo representante, un ingeniero comercial, alemán, que se encargaba de las negociaciones. Se juntaron con él en una sala del Hotel Araucano, donde se había hospedado. En representación de la Corporación, estuvieron presentes: Tito Ansaldo, Werner Stehr, Mercedes Pujol, Carlos Von Plessing, Antonio Celis y Juan Eduardo King. Después de los saludos, supieron que ¡Luciano Pavarotti podría cantar en Concepción! Entonces, la primera interrogante que les surgió fue “¿Y cuánto costaba traer a Pavarotti a Chile en una presentación exclusiva?” Sin necesidad de preguntarle, les dijo que los honorarios eran... ¡Un millón doscientos mil dólares! Fue como un balde de agua fría para todos, era un nuevo “hasta aquí llegamos”. Estaba absolutamente fuera de sus posibilidades.

"Diez segundo de tragar saliva y me salieron las palabras emotivas ‘la última oportunidad’ -confesó King-. Le dije que esa cifra estaba fuera de nuestras posibilidades, que éramos una agrupación de vecinos, que no actuábamos por beneficio económico para nuestra corporación ni para nosotros mismos. Nuestro trabajo era gratis. Que en la ciudad hubo un magnífico teatro destruido por el terremoto de 1960 y un incendio posterior; que la ciudad quería un nuevo edificio para las artes y que, a ese fin, ayudaría más de lo imaginado la presentación del más famoso tenor del mundo. Y agregué que no tendríamos problema en pactar la presentación de Luciano Pavarotti, pagándole con el producto de todas las entradas vendidas sin que la Corporación percibiera algo. En fin, todo por el gusto de tener aquí al mejor cantante del mundo que habría de impulsar el proyecto del nuevo teatro por el sólo hecho de haber venido y cantado aquí."

La respuesta no se hizo demorar: "Bien, aceptamos el pago con el producto de las entradas, si la presentación es en el estadio de fútbol con asistencia masiva", que sin duda lo sería. Pero agregó que de todas maneras debería asegurarles un piso de doscientos mil dólares. Valor que se descontaría del producto de las entradas si eran superiores a esa cifra. Deberían responder y resolver lo de la garantía antes del día viernes de esa semana o no habría convenio. Lo conversaron entre todos los directores. La esperanza cierta era que la Municipalidad de Concepción se pusiera con la garantía. Se lo comunicaron a Ariel Ulloa, quien quedó de verlo, agregando que le parecía posible.

Al día siguiente, fueron a la alcaldía. El edil penquista dijo que sí se podía, pero tenía el temor que las personas con quienes habían hablado fueran unos estafadores. El hecho de haber obtenido la información de la empresa que representaba al cantante del propio Teatro Municipal, no lo convenció. Ahora la exigencia fue del propio alcalde: Que la corporación diera una garantía bancaria de doscientos mil dólares que correspondería a lo que la Municipalidad debería desembolsar para firmar el contrato. Sin eso, no firmaría nada y el concierto no se haría. Sólo tenían unos días para obtener la garantía. Consiguieron que el Banco Osorno y La Unión los apoyara y pudieron conseguir a ocho personas que se hicieron cargo de veinte mil dólares cada una con boleta bancaria de garantía: Werner Stehr, Tito Ansaldo, doctor Carlos Martínez, Ramón Domínguez Águila, Antonio Celis, Annika Blomstrom, Raúl Poblete y Eduardo Meissner. El saldo lo garantizó Juan Eduardo King. A última hora, cuando el plazo estaba por vencer, se hicieron presente en la alcaldía con lo solicitado. Ariel Ulloa todavía tenía dudas, pero terminó aceptando y se produjo la comunicación y el contrato quedó sellado ¡Cuando parecía que el éxito era inalcanzable, lograron salir victoriosos!

PAVAROTTI EN CONCEPCIÓN

Teatro Bío Bío

Pavarotti cantó por segunda y última vez en Chile, el 15 de enero de 1995. Y sólo lo hizo en Concepción. Lo acompañaron la soprano Cynthia Lawrence y el flautista Andrea Griminelli. Cantó ante un público de todas las edades. Se vendieron más de 17 mil entradas, con lo que se pagó la garantía con creces. Junto con conseguir el Estadio Ester Roa, la Corporación Teatro Pencopolitano obtuvo a la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción y toda la difusión que les fue posible en la prensa escrita, radio y televisión.

Su llegada fue todo un acontecimiento, en avión privado: "Lo esperamos en el aeropuerto Ariel Ulloa y yo", relató emocionado King. A su llegada al hotel había más de 500 personas esperándolo. Sí, fue todo un acontecimiento. El Mercurio publicó: “La asistencia al Estadio Regional de Concepción para el único recital que ofreció en regiones el tenor italiano Luciano Pavarotti, superó todas expectativas y cada una de sus interpretaciones fue premiada con cerradas ovaciones” ( El Mercurio, 15 de enero de 1995).

Exactamente a las 14 horas, cuando el sol alcanzaba su máximo esplendor, la Orquesta Sinfónica de Concepción comenzó su ensayo con el flautista Andrea Griminelli que probó algunas piezas llamativas. A las 14.30 horas, apareció en el escenario la soprano estadounidense Cynthia Lawrence y, una hora más tarde, Luciano Pavarotti.

La llegada del público inició temprano. Una asistencia heterogénea, compuesta por personas de todas las edades, esperó después del almuerzo para ingresar y tomar ubicación en las graderías del coliseo deportivo. Vinieron desde diversas partes del país, destacando personalidades del mundo social, cultural y político como: el presidente de la República Patricio Aylwin Azócar y su esposa, Leonor Oyarzún; otras autoridades como los senadores Antonio Viera-Gallo y Arturo Frei Bolívar; la diputada Mariana Aylwin y el alcalde de Santiago, Jaime Ravinet; diplomáticos como el embajador de México, Jorge Navarrete, y el embajador de Canadá, Marc Jartic; empresarios como Manuel Feliú, Walter Riesco, Nibaldo Mosciatti y Olga Olivieri; entre muchos más. Después de las 18 horas y con más de 17 mil espectadores, se inició el espectáculo con música de Cavallería Rusticana.

"El concierto de Pavarotti tuvo un efecto para nuestra corporación no imaginado -relató King-. De pronto, todo parecía posible. Nos llegaban numerosas ofertas de presentaciones artísticas. En un momento, los socios bordearon los tres mil, siendo muchos de ellos, jóvenes estudiantes. Porque en las personas también hubo un efecto significativo. Cayó por tierra quienes creían que nuestra corporación quería construir un teatro sólo para unos pocos.

Además, se produjo una relación amistosa con Andrea Griminelli, quien incluso nos ofreció venir a tocar gratis a la inauguración del futuro teatro. Lo de Andrea da para un apartado completo que, en su momento, tenemos que conversar.”

Teatro Bío Bío