TARTUFO DE MOLIERE
En el diseño de arquitectura del futuro teatro, además de la sala grande para música sinfónica, ballet, ópera, etc., se necesitaría una sala para el arte dramático y presentaciones similares. El directorio de la corporación creyó que era bueno hacer algo al respecto y decidió presentar la tragicomedia Tartufo de Moliere con Lientur Rojas, docente, actor, dramaturgo y destacado director de teatro, reconocido por su excelencia tanto por los artistas como por el público, con más de 60 años de trabajo junto a la compañía Pirimpilo, una larga trayectoria por la que ha recibido varias distinciones por su contribución a las artes escénicas en la región del Biobío.

La obra de Moliere trata de la hipocresía humana. Narra la historia de Orgón, un hombre que ha sido completamente seducido por Tartufo, un impostor que finge ser un devoto religioso. Orgón está tan convencido de la piedad de Tartufo que decide darle su fortuna y casar a su hija con él, a pesar de que ella está enamorada de otro hombre. Resulta divertida y bien actuada, mucho mejor.
King me cuenta que “se presentó en el Aula Magna del Arzobispado de Concepción. Curiosamente, esta comedia que había sido en principio prohibida por el catolicismo a fines de mil seiscientos, ahora se presentaba en un recinto de la Iglesia. En verdad nunca hubo motivo de censura. Pienso que ni siquiera, poniéndose en el sentir colectivo de esa época, se justificó. Quedamos satisfechos, la sala estuvo llena e incluso quedó público que no pudo entrar. Fue una excelente presentación, los actores se impregnaron del papel que representaban y todos los asistentes salimos contentos. Con las obras de Moliere y una buena actuación no hay como equivocarse”.
QUATOUR YSAYE (y algo para aprender)

Eugene-Ysaye, 1883.
Según la crítica de El Mercurio, Quatour Ysaye fue el mejor conjunto musical que pasó por Chile en 1996 y la Corporación Teatro Pencopolitano lo presentó en Concepción en mayo de ese año. La prensa no estaba equivocada: era el cuarteto de cuerdas más importante de Francia, formado por Guillaume Sutre, primer violín; Luc Marie Aguerra, segundo violín; Miguel da Silva, viola, y Marc Coppey, violoncelo.
Llevaba el nombre del violinista, miembro original del cuarteto y compositor Eugène Ysaÿe (1858-1931). Desde su fundación, en 1984, y hasta su separación en 2014, actuó en los escenarios más prestigiosos del mundo: en el Musikverein y el Konzerthaus de Viena, en el Concertgebouw de Amsterdam, el Wigmore Hall de Londres, en el Carnegie Hall de Nueva York, en la Filarmónica de Berlín, en el Théâtre des Champs-Élysées y en la Cité de la musique de París, Tokio y Sydney, así como en otras ciudades de Francia y del extranjero. Nacido en el Conservatorio de París, donde impartió regularmente clases magistrales, el cuarteto interpretó un repertorio que abarcaba desde el barroco hasta el contemporáneo. Aquí, en Concepción, presentaron obras de Beethoven, Debussy y Brahms.
Juan Eduardo King me confidenció que “aunque el Teatro Concepción, sala de cine adaptada para reemplazar al antiguo Teatro Concepción, tenía sus defectos que justificaban el empeño para llevar a cabo el Teatro Pencopolitano, no desmereció en nada la presentación del Quatour Ysaye. Lo que sí debo decir y confesar es una deficiencia nuestra. Que no le hicimos suficiente publicidad, más aún considerando que era un grupo musical desconocido en nuestro medio. El teatro tuvo sólo el 50% de las entradas vendidas. Eso antes no nos había ocurrido ¿Por qué tuvimos esa falla? Creo que la explicación se encuentra en que la presentación no nos costó nada, venía financiada por la Embajada de Francia y, como no corríamos ningún riesgo nos dormimos en los laureles. Sirvió, eso sí, para que nunca más dejáramos de promocionar y publicitar lo que íbamos a presentar. Nunca más fallamos”.
De eso, ya han pasado varios años y, finalmente, nos reencontramos. Le volví a insistir que me contara por qué en el terreno del Teatro Pencopolitano estaba el Teatro Regional del Bío Bío y me respondió: “Después de tanto tiempo, me vuelves a pedir que te cuente lo que ha pasado. Reconozco que he evitado darte una respuesta. Es que, simplemente, me complica volver sobre algo a lo que dediqué parte significativa de mi vida y que, debido a ciertos detalles de su gestión y administración, me produce algo de preocupación. Pero quizás, tengas razón. La ciudad merece conocer su participación en esta historia que tiene características épicas, dignas de rememorar. Incluso, tengo la esperanza en las nuevas generaciones para que este teatro esté realmente al servicio de toda la región como fue la iniciativa original. Con menos política y más cultura".
LOS NIÑOS VIRTUOSOS DEL CÁUCASO
En septiembre de 1998, la Corporación Teatro Pencopolitano presentó un espectáculo encantador y emocionante: El Ballet Nacional de Georgia y Los Niños Virtuosos del Cáucaso, declarado Patrimonio Vivo de la Humanidad por la Unicef.
El público penquista pudo experimentar la vibrante tradición de Ucrania a través de giros acrobáticos en el vacío y magníficos bailes que narran la historia de su país con cautivadoras canciones polifónicas y la destreza profesional de 30 talentosos niños y jóvenes, distinguidos con diversos premios como El Gran Premio del Festival de la Amistad en Tbilisi y el primer premio en el Festival de la Amistad de Moscú, ambos en 1999, entre otros.
Desde su fundación en 1993, este espectáculo ha llevado consigo el alma de Georgia en los mejores teatros del mundo, cautivando audiencias en 41 países y deleitando a millones de espectadores. Estas actuaciones no sólo deslumbran con técnicas perfectas del ballet, sino que también revelan historias y emociones de manera conmovedora, añadiendo una dimensión artística única. Los elegantes trajes, como pinceladas de belleza y sofisticación, completan este espectáculo excepcional.
“Un éxito de taquilla -me aseguró King- que pudimos disfrutar con dos presentaciones en Concepción, fascinando por la gracia de sus movimientos rítmicos, deslizándose sobre el piso como si estuvieran en una cancha de patinaje. Fue un espectáculo increíble, sin duda, deslumbrante”.

MYRIAM HERNÁNDEZ: EMBAJADORA CULTURAL

Myriam Hernández y Leocán Portus, alcalde de Talcahuano, antes del concierto en La Tortuga.

Juan Eduardo King, Myriam Hernández y el Intendente Martin Zilic.
En La Tortuga de Talcahuano, en octubre de 1999, la corporación realizó un concierto masivo con la cantante chilena Myriam Hernández, una de las voces más queridas de la balada latina, una figura icónica de la música romántica en español desde que su carrera despegó en la década de 1990, cuando lanzó su primer álbum, "Myriam Hernández", que incluía éxitos como "El Hombre que Yo Amo".
Miles de personas de todo el país, disfrutaron de sus baladas románticas, caracterizadas por letras emotivas y melodías suaves, fusionando elementos de la música pop y la música latina, legado musical sigue siendo una influencia en nuevas generaciones de artistas. El evento fue una producción de la Corporación Teatro Pencopolitano con la asesoría de Jorge Saint-Jean, productor y manager de la artista y el auspicio de diversas empresas regionales.
Antes del concierto, la destacada cantante chilena, Myriam Hernández, fue distinguida como Embajadora Cultural del Bío Bío en una ceremonia en la Intendencia Regional en reconocimiento de su trayectoria artística como una de las voces más emblemáticas de la música romántica en hispanoamérica, representando a nuestro país en diversos escenarios del mundo.
CONCIERTO DE CÁMARA DE PIANO Y VIOLÍN
VIRNA OSSES Y FREDDY VARELA
Apoyando a los talentos regionales, en agosto de 2000, la Corporación patrocinó el Concierto de Cámara de Piano y Violín con Virna Osses Marchant y Freddy Varela Montero en el auditorio del Colegio Médico de Concepción. Ha participado como solista junto a las Orquestas: Sinfónica de Chile, Orquesta de Cámara de Chile y Sinfónica de la Universidad de Concepción y ha realizado giras a los más importantes escenarios nacionales e internacionales como Alemania, Argentina, Brasil y Portugal. Se ha desempeñado como académica y pianista acompañante en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. El año 2015, se graduó como Máster en Interpretación en la Escuela de Música de Texas Tech University en Lubbock, Estados Unidos, siendo su profesor el Dr. William Westney
Virna Osses Marchant realizó estudios básicos de música en el Conservatorio Laurencia Contreras de Concepción y sus estudios de Piano con la Profesora Carmen Díaz. Posteriormente, estudió Licenciatura en Artes, Intérprete Superior en Piano, en la Universidad de Chile con la profesora Elisa Alsina, graduándose con distinción máxima en 1996. En el transcurso de su carrera, destacan los galardones obtenidos en los concursos Claudio Arrau (1983 y 1987), Orquesta Sinfónica de Chile (1993) y Beca Amigos del Teatro Municipal (1989 a 1994).

Freddy Varela, violinista, y Virna Osses Marchant, pianista.
Varela Montero, Premio Konex 2019, comenzó a estudiar violín a los siete años con Patricio Damke y luego, en la Universidad Católica de Chile, con el maestro Rubén Sierra. Fue becado por Carnegie Mellon University de Pittsburgh y por la Universidad de Maryland para estudiar con Daniel Heifetz. Fue concertino de la Orquesta Filarmónica de Chile y de la Orquesta Sinfónica de Concepción. Desde 2010 es Primer concertino de la Orquesta Estable del Teatro Colón y concertino director de la Camerata Bariloche. Como solista se presentó en numerosas ocasiones con las orquestas más importantes de Chile, Argentina, Perú, Brasil, Uruguay, Colombia y Paraguay, Ecuador, y en las salas de Centro y Norte América.
PABLO MILANÉS EN CONCEPCIÓN
El reconocido trovador cubano, Pablo Milanés, se presentó en Concepción en noviembre de 2000, uno de sus primeros conciertos en Chile después del regreso de la democracia, gracias a la gestión de la Corporación Teatro Pencopolitano. El concierto se realizó en el Gimnasio Municipal de la ciudad con un lleno total.

Pablo Milanés antes del concierto en el Gimnasio Municipal de Concepción junto a Pilar García Royo, gerente de la corporación Teatro Pencopolitano.
Pilar García Royo, productora del concierto penquista, me contó que: “El cantante, compositor y guitarrista cubano, deslumbró al público local con sus clásicos Yolanda y El Breve Espacio. Le cantó al amor con letras como la hermosa "Comienzo y final de una hermosa mañana" y "Te quiero porque te quiero". Sin olvidar aquellas composiciones dedicadas a su país como Amo esta Isla y a Chile, regalando un momento emocionante con su clásico Yo pisaré las calles nuevamente”.
Pablo Milanés, nacido el 24 de febrero de 1943 en Bayamo, fue parte de la Nueva Trova Cubana junto con Silvio Rodríguez y Noel Nicola y quien también interpretó canciones clásicas de la isla con Company Segundo y Chucho Valdéz, entre otros. Grabó unos 50 discos en su vida, desde aquellos Versos de José Martí en 1975 a la Antología Personal de 2021. Falleció en la madrugada del 22 de noviembre de 2022 en Madrid.
BALLET MÉXICO AZTECA
El folklore mexicano siempre ha sido parte esencial de nuestra cultura chilena. Por eso, fue un éxito rotundo la presentación que hizo la Corporación Teatro Pencopolitano del Ballet México Azteca en agosto de 2001 en el Teatro Concepción. En la ocasión, el elenco latinoamericano presentó la cultura, el patrimonio y la belleza de México a través de un estilo de combinación de ballet y técnica folclórica que mostró la belleza y esencia de la herencia de México.
BALLET LATINOAMERICANO
DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN
A raíz del éxito del Ballet México Azteca, la Universidad de Concepción le solicitó a la Corporación Teatro Pencopolitano que organizara una Función de Gala de Ballet Latinoamericano de esa casa de estudios en el Teatro Concepción en noviembre de 2001.
La presentación fue un éxito de taquilla y todas las ganancias fueron donadas a esa agrupación artística que tiene más de 50 años de trayectoria y que está integrada por alumnos de diferentes carreras de la universidad, más algunos exalumnos que se mantienen por un tiempo, hasta que muchas veces los alcanza la vida laboral o familiar.

Ballet Latinoamericano de la UdeC.
THE HARLEM GOSPEL CHOIR
Entre las muchas actividades artísticas no podemos olvidar la presentación de The Harlem Gospel Choir el 19 agosto de 2002, un coro de gospel que tiene su base en Harlem, New York. Es uno de los más prominentes de los Estados Unidos. La formación puede reunir hasta 65 componentes en edades que van desde los 17 a los 70 años. Su escenario es el mundo y sus giras suman más de tres millones de kilómetros.

The Harlem Gospel Choir, firmando autógrafos a público y socios de la Corporación Teatro Pencopolitano.

The Harlem Gospel Choir junto a Pilar García Royo, gerente de la Corporación Teatro Pencopolitano.
Han actuado para Nelson Mandela, los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI . Han participado en espectáculos con los grandes de la música y el showbusiness: Paul Mc Cartney, The Chieftains, Diana Ross, Whoopi Goldberg, Harry Belafonte, Danny Glover, The Dixie Hummingbirds, Jimmy Cliff, Bono, André Rieu y John Legend.
El género Góspel, denominado también música espiritual o música evangélica, es música religiosa de origen afro-estadounidense que se inicia en el seno de iglesias protestantes o evangélicas en el siglo XVIII, acrecentando su popularidad durante la década de 1930. A diferencia de los himnos cristianos, el góspel es de carácter ligero en cuanto a música y se caracteriza por la utilización dominante de coros con un uso excelente de la armonía.
Para Juan Eduardo King “era una total novedad, nunca antes se había presentado un coro de este estilo e importancia en Concepción y nosotros lo hicimos. Fue un éxito completo. A la segunda o tercera canción parte del público comenzó a moverse y, luego de pie, bailaba al ritmo de la música cantada. Sí, repito, fue muy aplaudido y todos quedaron felices y comentando lo que habían visto y vivido. Nuevamente una presentación autofinanciada.
Unos años después, mi esposa Valentina y yo, caminábamos por una calle de Nueva Orleans, cuando vimos que al otro lado de la calle había una iglesia evangélica a la cual estaban llegando los feligreses. En la puerta, el pastor los recibía uno a uno. Todos impecablemente vestidos. Nos detuvimos a ver. Cuando llegó el último de los feligreses, el pastor nos quedó mirando, como invitándonos a cruzar la calle y asistir. Con el recuerdo de lo que vivimos en la presentación gospel en Concepción, tuvimos una cierta tentación de entrar a la iglesia y escuchar esa música, pero el sentido de prudencia y respeto nos hizo seguir nuestro camino”.